LA CASA DE LAS PIEDRITAS, DONDE EL AMOR Y EL TURISMO SE FUSIONAN

Por Luisa Fernanda Rodríguez Jaramillo

Lo que empezó como una verdadera historia de amor, se convirtió en un atractivo turístico imperdible de Envigado (Antioquia-Colombia). Se trata de ‘La Casa de las Piedritas’, un lugar emblemático de este municipio del sur del Valle de Aburrá, donde propios y extraños se enamoran del lugar y de su historia.

Todo empezó cuando el hoy difundo, Santiago Rojas conoció a Gloria Ochoa, quien era una adolescente de colegio, él conquistó su corazón y luego se casaron. Pasaron 10 años para comprar la vivienda que sería su nido de amor por el resto de sus vidas.

El joven constructor empírico no se conformó con el domicilio que recibió por ser pequeño, sino que le que fue adicionando paredes, alcobas, escaleras y ornamentos con piedras que iba encontrando a donde fuera o que recogió de un lote aledaño en el que se erigiría una unidad residencial con torres de 14 pisos, cuyas obras se cancelaron por los daños que les estaban apareciendo a las casas vecinas, comenta Gloria

También aprovechó elementos desechados de viejas construcciones que se derribaron para hacer nuevas edificaciones en Envigado y sus alrededores.

Es así que en el recorrido se pueden ver incrustados vidrios de colores a manera de mosaicos, partes de semáforos que fueron descartados en el proceso de modernización de esta ciudad, lentes de gafas que le donaron de una óptica, bolas de cristal de esas con las que juegan canicas los niños, y tejas, entre otros; todo esto dispuesto en el piso, en las paredes y hasta en muebles hechos por el recursivo enamorado.

Esta residencia se construyó sin planos; solo como Santiago se la imaginaba, la fue edificando, obra que nunca tuvo fin para él, pues cada vez soñaba con más espacios que iba sumando al nido de amor.

Material para “hacer tamales”

Este inquieto hombre nunca estudió arquitectura, ni alguna ingeniería, pero sí tenía una capacidad creativa para aprovechar al máximo el tiempo cada día e ir trabajando en su obra maestra y así manifestarle de una manera adicional el amor a su familia, la cual está compuesta por su esposa, dos hijas y tres nietos, estos cinco últimos viven en Miami, aunque cada uno cuenta con una habitación propia para cuando llegan a pasar vacaciones en diciembre.

El inmueble de tres pisos, está hecho como si fuera de barro y piedras, no tiene humedades, ni goteras, y permanece con un clima fresco, agradable; es como si un milagro la mantuviera en pie y sin averías, pese a las perforaciones que se alcanzaron a hacer en el lote de enseguida, donde se construirían las torres mencionadas, con unos cimientos de varios metros de profundidad ya que tendrían seis pisos de parqueaderos.

Precisamente, a las viviendas que rodean el lote les aparecieron grietas por esas obras, mientras que, a La Casa de las Piedritas, no. Al tener que cancelar los trabajos definitivamente, a los constructores les tocó resarcirse con los propietarios afectados, ayudando a arreglar los daños. En el caso del domicilio de los Rojas Ochoa a pesar de que no se vio perjudicado, de todos modos, les regalaron 20 bultos de cemento, lo cual se constituía en oro en polvo para Santiago y ante ello afirmó que ese cemento era para “hacer tamales”, reitera Gloria.

No solo cualquier insumo lo recibía Santiago con alegría, sino también cuadros y otros adornos que le podían servir para la decoración interior, mientras que eran un estorbo para sus iniciales propietarios

Pese a que son muchas las piedras que componen la vivienda, la viuda afirma que se sabe de qué lugares provienen, al igual que el resto del material usado.

Con el fin de evitar el deterioro del inmueble, se le hace el mantenimiento normal, aunque no es mucho lo requerido, para esto la madre de familia destina el aporte voluntario de los visitantes que dejan al salir del recorrido.

Varias curiosidades

Uno de los espacios más llamativos son los baños, que se salen de lo convencional, sin ser incómodos, ni pequeños.

Asimismo, en una esquina interna hay una especie de ducha para dar frescura en medio del calor de la ciudad, cuya decoración y sonido permiten una pequeña relajación, y se asemeja a una cascada. Esta parte fue pensada por Santiago para que fuera usada por sus nietos.

También hay un pequeño estanque, que alberga pecesitos ornamentales.

En el recorrido, además, se observan vestigios de elementos propios de otra época como una estufa de leña con reverbero. Existen varios utencilios antiguos como una máquina de coser, que Gloria como costurera usaba y con la que hizo los forros de unos llamativos muebles.

Igualmente, hay algunas mesas, ya que Santiago quería tener un restaurante allí llamado ‘El otro lado’ para que estuviera a cargo de sus tres nietos cuando volvieran a vivir en Colombia. Ese día no ha llegado, pero las mesas sí permanecen. Gloria dice que a ella no le gustaría ser la encargada del restaurante porque es echarse problemas encima.

Otro atractivo es la chimenea que no es solo de decoración. Causa curiosidad debido a que no es un elemento propio de esta zona del área metropolitana por no ser de clima frío.

Entre tanto, el abuelo de Santiago hacía adornos tallados en madera, por eso allí se encuentra un cristo hecho por él.

Casa hecha de paciencia

Gloria vivía en el barrio La Mina y para ir al colegio tenía que pasar todos los días por la misma calle donde residía Santiago, en la casa de una tía. Una vez ella lo vio a él y le gustó tanto, que no veía la hora de volver a pasar por allí para encontrarlo de nuevo. Fue así que se conocieron y medio entablaron una relación por dos años.

Ese noviazgo no fue muy normal, pues el enamorado “no era un novio muy cumplido y la visita en esa época (1974) era de 7 a 9 de la noche, los martes, los jueves, los sábados y los domingos; así que el novio que no llegara entre 7 y 9 no lo dejaban entrar”. Si de pronto Santiago pasaba por la casa y era más de las 9, le tiraba una piedrita a la ventana como si así le dijera “pasé y no te vi o por lo menos pasé”, explica Gloria.

Al cabo de esos dos años, un domingo el novio le propuso a su amada que se casaran el siguiente sábado. “Y yo de loca le dije que sí”, asevera esta madre de familia.

Ese sábado contrajeron matrimonio y él le hizo la promesa a ella que, si lograba comprarle la casita a su tía, la construiría con muchas piedritas y le regalaría una flor todos los días. Y dicho y hecho, a los 10 años de matrimonio, pudo tener la casa. Es decir, de una casita vieja logró sacar una nueva vivienda hecha toda con piedritas, arena, cemento, paciencia y mucho amor. Además, la señora todos los días encuentra una o varias flores en su hogar, bien sea porque alguien se la lleva o debido a que aparece tirada en alguna parte del interior como traída por el viento desde la calle.

Aunque esta casa no se caracteriza por tener grandes ventanas con vista al vecindario, y hasta en ciertas partes se nota oscura por el color cemento con arena de sus paredes, su historia, su originalidad y su anfitriona, la hacen un lugar imperdible para envigadeños y turistas, quienes no necesitan pagar por entrar, ni hacer una reservación por teléfono para tener un recorrido (incluida la guianza de la dueña), sino solo disponer de una hora libre en la tarde para acudir al encantador lugar.

Compartir

Written by 

Related posts

7 comentarios sobre «LA CASA DE LAS PIEDRITAS, DONDE EL AMOR Y EL TURISMO SE FUSIONAN»

  1. […] La Casa de las Piedritas, donde el amor y el turismo se fusionan. Luisa Fernanda Rodríguez Jaramillo. […]

  2. […] 6. La Casa de las Piedritas, donde el amor y el turismo se fusionan. Luisa Fernanda Rodríguez Jaramillo. Colombia […]

  3. […] 6. La Casa de las Piedritas, donde el amor y el turismo se fusionan. Luisa Fernanda Rodríguez Jaramillo. Colombia […]

  4. […] LaCasa de las Piedritas, donde el amor y el turismo se fusionan. Luisa Fernanda Rodríguez Jaramillo. Colombia […]

  5. […] 6. La Casa de las Piedritas, donde el amor y el turismo se fusionan. Luisa Fernanda Rodríguez Jaramillo. Colombia […]

  6. […] La Casa de las Piedritas, donde el amor y el turismo se fusionan. Luisa Fernanda Rodríguez Jaramillo (Colombia) […]

  7. […] La Casa de las Piedritas, donde el amor y el turismo se fusionan. Luisa Fernanda Rodríguez Jaramillo. Colombia […]

Leave a Comment